jueves, 27 de abril de 2017

Algo de amor, cursi y tonto

"Cómo puede ser que no se me ocurra nada. Si antes era medianamente fácil. Esta situación me estaría molestando", pensaba Kin, una chica de unos 16 o 17 años. Estaba mirando a su alrededor, viendo a la gente y el mísero paisaje que se podía apreciar. Se encontraba sentada en la parada del colectivo, frustrada, mirando con enojo la hoja en blanco que sostenía en sus manos.
Aburrida agarró su celular para poder responder un mensaje y de paso mirar la hora.
- Mierda, todavía faltan como cuarenta minutos para tener que entrar a la jodida escuela - dijo en voz alta -. Lo único bueno es que hoy tengo taller literario, aunque también es algo malo porque eso me apura más a terminar, o más bien empezar el texto que debo llevar -. Miró a su alrededor. "Menos mal que no hay nadie cerca mío, si no pensarían que estoy loca hablando sola", río.
Distraída, con su mirada dirigida al cielo, Kin no se percató de que alguien se había sentado a su lado.
Cuando salió de sus pensamientos sintió un par de ojos que la observaban; giró suavemente su rostro hacia su derecha, donde se encontraba ese alguien que la miraba. Cruzaron miradas, pero solo un segundo pasó hasta que Kin giró el rostro avergonzada. "Esto es bonito pero incómodo", pensó. Volvió a girar su rostro y lo único que vio fue la cabeza de su "acompañante" que giraba hacia ella y sonreía. "¿Este chico me está sonriendo a mí?" Lo miró algo sorprendida, iba a decir algo pero él fue más rápido: se levantó y solo pudo escuchar un "que tengas un buen día" mientras subía al colectivo. "¿Qué acaba de pasar?"
Se quedó ahí con las palabras en la boca y los ojos bien abiertos, tratando de entender qué coño había pasado hacía segundos.
Ya era hora de ir al tonto colegio, así que de mala gana Kin se levantó de donde estaba y se dirigió hacia allá.
En el camino de la parada al colegio, seguía pensando en lo ocurrido.
Cuando llegó a su aula, tuvo una idea: "Ya sé de qué puede tratar la historia, aunque es muy diferente a lo que acostumbro escribir, ya que por lo general cuento cosas que tengan que ver con la idiotez y la maldad del humano; hablo de cuánto los odio; o cuento cosas fantásticas, irreales... Pero, bueno, no creo que sea tan difícil escribir algo que tenga amor, sea cursi y sea tonto a la vez".