jueves, 3 de diciembre de 2015

Un individuo desconocido

El centro de la habitación siempre está ocupado por tres señoritas, en sí hermosas: una es Emilia, con su café de crema espesa, y las otras, Lorena y Natalia, tomando sus típicas tazas de té. No había algo desintegrado entre ellas, siempre fueron muy unidas y conscientes de lo que prometían. Pero el espacio, aunque era solo el centro de toda la habitación, esta vez estaba vacío. Comienzan a escucharse pasos y una voz trémula se oyó de pronto detrás de mí. Lentamente comencé a darme vuelta y luego sentí que iba a estallar del miedo que tenía por dentro. La saliva que se producía sucesivamente en mi boca ni la podía tragar. Sé que parece raro lo que cuento pero es verdad. Mi miedo no tenía límites, sino que aumentaba y más cuando el individuo elevó su cuchillo para herirme. La sangre coagula de a poco. Pero lo que prefiero es saber que “el sujeto de verde” fue encontrado y asesinado. La persona, si no, estaría rondando por ahí y buscándome. Y mi corazón no soportará como soportó esa vez, de esa forma.