viernes, 9 de junio de 2017

Rebobinar

Ya se apagó.
Cinco Wendys hicieron falta para sacarle su luz.
Cuando la última campanada sonó, tocando el fin de la noche, marcando el fin de la quinta Wendy, supimos que era su tiempo.
Saber si ésta sería la última era difícil de todos modos.
Ninguno de sus pies, ni manos se movieron...estaba tiesa, inconsciente, sin una pizca de su brillo.
Entonces ahí había quedado, la gran amiga de Peter Pan, apagada por su propia envidia, vanidad y sus irremediables celos.
Quedarán sin embargo pocos minutos para llorar; el joven niño vuelve a resetear el tiempo para regresar a Wendy a la vida, repitiéndose nunca jamás, mientras vuelve a armar su falsa inocencia y repasar su bienvenida otra vez.