jueves, 1 de marzo de 2018

Cuando sea adulto...

Cuando sea adulto, tal vez ni cuenta me dé de que lo soy. Tal vez esté en mis 30, con cinco gatos (humanos o animales) en un silloncito, pensando cómo abonar el alquiler cuando estudié arte sabiendo bien que no pagaba lo suficiente. Por ahí me habría ahorrado esos mangos en alguna carrera que me dejaba en una oficinita, uniformado, atento a las órdenes de un jefe abusador.
En fin, tal vez mi adultez no me note, o yo no la note, pero sé que los años no pasarán en vano.
Porque cuando sea adulta, no lo notaré, pero sí sabré de las marcas que dejó mi adolescencia, y, cuando las comprenda, sabré que soy adulta.