Él estaba parado frente del espejo con los ojos cerrados. Poco a poco los fue abriendo, y sintió una repulsión con lo que vió en el reflejo: ojos marrones vacíos, sin el brillo e inocencia que un día habían tenido; piel pálida con horribles cicatrices, algunas viejas y otras más recientes; pelo descuidado y enredado. ¿Qué le había sucedido? Se preguntó a sí mismo.
Recordó cuando era pequeño cómo siempre jugaba en el parque con una alegría de la que hoy en día carecía. Creció,eso es lo que sucedió. Le pasa a todas las personas, algunas lo hacen más jóvenes y otras de más grandes, pero al final todo el mundo lo hace. El problema es que él lo tuvo que hacer demasiado joven.
Momentos de cómo la vida que tenía su alma se fue desvaneciendo a lo largo de su existencia.
Cuando sus padres lo dejaron con un vecino para luego nunca volver, cómo este lo hacía trabajar hasta el cansancio, sus compañeros esperándo en la salida para golpearle, repitiéndole quenunca habrá alguien que lo ame; y el momento que le hizo tomar esta decisión, cuando la única persona más cercana que tuvo,a quien le confió cosas que a nadie había confiado, lo traicionó.
Era el momento perfecto para hacerlo, se dijo. Su tutor no estaba, pues había salido con una de sus mujeres.
El silencio dominaba el lugar mientras todo sucedía. Agarró un frasco de pastillas, así sería una muerte rápida y sin dolor, o al menos eso quería creer. Colocó una gran cantidad en su mano cuando las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.
¿Por qué? ¿Por qué ahora? Luego de todo lo que había pasado ni una sola vez lloró. ¿Por qué, cuando todo estaba a punto de acabar, lloraba? Porque quería vivir, muy profundo en su interior él lo sabía, pero había escogido la opción mas fácil, en lugar de ser fuerte y enfrentarse a toda esa gente que lo menospreció, todos ellos que lo hacían sentir como una mierda; cuando, en verdad, ellos eran mierdas.
Cuando volvió a la realidad notó que las pastillas habían quedado esparcidas por el suelo. Él... Él quería vivir y lo iba a hacer, pero no lograría la vida que deseaba rodeado con el tipo de gente que vivía en ese lugar. Así que huyó, cogió todas las cosas de importancia e incluso dinero y caminó hacia la estación de tren. Sacó un boleto, escogiendo el que lo llevaría lo más lejos posible de ese lugar.
Cuando estuvo en su asiento sonrió pensando que siempre hay una esperanza.