miércoles, 9 de noviembre de 2022

Miradas que destruyen

Veo cómo te mira, veo cómo la mirás.
Y me arrastro al universo paralelo donde podría ser yo en ese lugar.
Pero regreso más lastimada que antes y también cansada, porque imaginar lo que nunca sucedió, se lleva partes de mí.
Como un lápiz sobre un papel.
Una botella llena al caer.
Un cigarro prendido sin nadie que le dé.
Y como mi corazón sobre el camino de sus miradas, destruido por no saber dónde pertenecer.

lunes, 7 de noviembre de 2022

La luz

Surgían las lágrimas en mis ojos cayendo por mis mejillas mientras caminaba por las calles iluminadas por la luz de la luna llena y repletas de neblina. Aún no entendía lo que había pasado, ¿había muerto? ¿Seguía vivo? Mi mente no era capaz de asimilar lo que mis ojos vieron esa noche.
Mi cuerpo había quedado inmóvil, ¿estaba ahí?, y si lo estaba, ¿en dónde? No lograba verlo o mi mente no quería que lo hiciera.
La misma luz que vi llevarse a mi perro volvió a aparecer, pero sin él. Sin mi mejor amigo. Se empezaba a acercar lentamente hacia mí, pero mi cuerpo seguía sin reaccionar. ¿Qué es? ¿A qué viene? ¿Me llevará con mi perro? Con esa duda decidí quedarme quieta y que la luz me guíe, sin importar si no volvía.

jueves, 3 de noviembre de 2022

Angels like you

Él tomó mi mano entre las suyas y me dijo que me amaba. Yo sonreí antes de corresponderle.
Oh cariño, ¿Qué fue lo que nos pasó? ¿Cómo fue que pasamos de estar juntos todo el tiempo, de conocernos más entre nosotros de lo que nadie más nos conocía a ser completos extraños? Te dije que te amaba, y era cierto. Aún te amo, pero creo que estoy más enamorada de tu recuerdo de lo que eres hoy.
Oh, amor mío, como extraño aquellas tardes coloreadas de sol, los ojos que expresaban lo que las palabras no podían. Hoy cruzas la calle y yo te observo en silencio desde lejos, sin poder dirigirte la palabra. No me atreví a pedirte perdón entonces, y hoy tampoco puedo. Ni nunca podré.
¿Cómo fue que las cosas acabaron así? Hoy te miro y no veo en ti a la persona de la que me enamoré. No soy capaz de encontrar a aquel hombre por el que hubiera dado la vida.
Tal vez siempre supe que acabaríamos así, vida mía, pero no quise aceptarlo. Dulces mentiras eran los cimientos de nuestra relación. La verdad lastima, pero es un corte limpio que acaba sanando. La mentira es una herida infectada que crece por debajo de la piel hasta corroerlo todo. Cuando quieres retractarte, ya es demasiado tarde para echarse atrás.
Oh, mi tesoro, lo siento tanto. Dentro mío, sabía que las cosas acabarían así. Siempre lo hacen cuando se trata de amarme a mí. Soy una persona difícil de amar. Y tampoco sé amar al resto. Pero tienes que confiar en que nunca quise lastimarte.
Las mentiras, una tras otra, cada vez más dolorosas, pesan en mí conciencia. Son como cadenas, me atan a mi pasado y al "podría haber sido", que nunca será.
Amado mío, vivirán en mi memoria siempre tus risas, tu ternura y tu cariño. Aunque hoy ambos seamos otras personas. Oh, mi amado, mi ángel. Las cosas no podían terminar bien entre nosotros. Los ángeles como tú no pueden bajar al infierno conmigo.

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Carta a mi amor imposible

3/12/1987

Recuerdo que en tercero de secundaria sentí un flechazo que me fue directo al corazón, fue aquella chica de cabellos rubios y ojos verdes como las hojas de los árboles la que me flechó.
Pero no me atreví a hablarle, y así perdí al amor de mi vida.
Ella conoció a un chico que le gustaba más que yo y se enamoró, y yo me moría por dentro, viendo cómo ese chico la hipnotizaba y ella iba corriendo a sus brazos.
Desearía ser Esteban…
Esteban y ella siempre estaban juntos y él le daba su buzo, sé que solo es un buzo, pero esas cosas marcan y hacen que el corazón duela.
Pero yo sabía que mi cuento no iba a tener un final feliz, ella se quedaría con él por el simple hecho de que yo no le fui a hablar, y miraba de lejos cómo iba perdiendo a la chica que tanto amé.
Después de terminar la secundaria no te vi más, pero sabía que vos ibas a hacer tu vida con este chico, y me alegro por ti pero todavía me dueles.
Espero que algún día esta carta llegue a tus manos.

Y dejó caer la carta mientras yo miraba de lejos, si hubieras sabido que siempre me gustaste pero por el simple hecho de tener vergüenza de hablarte ambos perdimos al amor de nuestras vidas…