domingo, 12 de noviembre de 2017

Circulado III

Había empezado a leer la novela unos días antes. Al empezarla me pareció una historia encantadora, llena de magia. Hoy, la misma novela tiene un aire tétrico en sus palabras, ese entorno fantástico se convirtió en un ambiente macabro, lleno de suspenso. Tal vez era yo; entré a ver distintas opiniones en internet. O tal vez era mi vida y los giros que había tomado en estos últimos días. Donde ya no me sentía yo. Era como un ente aparte que veía mi vida desde una tercera persona.
Veía las mañanas en tercera persona, veía las preguntas en tercera persona, veía las peleas en tercera persona, veía cómo, sin mirarse ya, atados rígidamente a las tareas que los esperaban, se separaron en la puerta de la cabaña, en tercera persona.
Los observaba.
Me acerqué a la cabaña, y ahí yacía, junto con un hacha, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.