domingo, 12 de noviembre de 2017

Circulado III

Había empezado a leer la novela unos días antes. Al empezarla me pareció una historia encantadora, llena de magia. Hoy, la misma novela tiene un aire tétrico en sus palabras, ese entorno fantástico se convirtió en un ambiente macabro, lleno de suspenso. Tal vez era yo; entré a ver distintas opiniones en internet. O tal vez era mi vida y los giros que había tomado en estos últimos días. Donde ya no me sentía yo. Era como un ente aparte que veía mi vida desde una tercera persona.
Veía las mañanas en tercera persona, veía las preguntas en tercera persona, veía las peleas en tercera persona, veía cómo, sin mirarse ya, atados rígidamente a las tareas que los esperaban, se separaron en la puerta de la cabaña, en tercera persona.
Los observaba.
Me acerqué a la cabaña, y ahí yacía, junto con un hacha, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Circulado II

Había empezado a leer la novela unos días antes, cuando no tenía idea de lo que me esperaba, cuando no tenía idea de lo que estaba por venir.
Seguía con mi rutina día a día, me levantaba, me lavaba los dientes, me cambiaba, salía a trabajar, compraba un café de camino, en el viaje avanzaba unas hojas, subrayaba las frases más interesantes, entraba a trabajar, y continuaba con el resto de mis días. Aburrido. Vacío.
Hasta que volvía a casa, y la veía ahí. Deslumbrante como la copa del mundial del '96. Ah, no, pará, esa no la ganamos. Bueno, no importa.
La veo y me encanta.
La toco y me vuelvo loco.
Agarro la novela.
La abro, y me adentro de vuelta en la historia.
"Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña".
Ay, Christian se iba a ir a hacer cosas chanchas con Anastasia. Qué vergüenza.
Dejé el libro y suspiré.
Me gustaría un amor así.
Volví a abrirlo. Me puse a imaginar un amor como aquel, dejando que cayera mi cabeza en el sillón leyendo la novela.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Circulado I

Había empezado a leer la novela unos días antes. ¿Le gustaba? Para nada. Era de esas novelas que son puras palabras sin sentido, puestas ahí para rellenar ese manojo de hojas gigante. Pero tenía que hacerlo.
Quería tener algo en común con él, gustarle de alguna forma, o interesarle de otra, así podrían charlar por horas y horas de ese tema en especial.
Así, solo le hablaría y la vería a ella. A ella solita, otra vez, por horas, horas y más horas.
Fue entonces que empezaron a ocurrir cosas extrañas. En el pueblo apareció un cadáver no identificado de una niña. Y ese mismo día desapareció la hermana de él, de Agustín. A los pocos días se logró saber que era el cuerpo de su hermana pequeña, Ana. Lleno de impotencia fue al departamento de policía y decidió asesinar al posible culpable. Me pidió ayuda y así fui a acompañarlo hasta la casa del posible asesino. Nos concentramos en nuestra división de tareas. Sin mirarnos ya, atados rígidamente a la tarea que nos esperaba, nos separamos en la puerta de la cabaña.
Fue una sorpresa para nosotros cuando, al entrar a la casa, esta estaba vacía. Una leve luz asomaba al pasillo y un leve sonido le acompañaba. Los dos avanzamos sigilosamente hacia aquella misteriosa puerta. Ambos palidecimos ante lo que vimos: sangre iluminando la habitación, la televisión encendida y la cabeza decapitada del hombre en el sillón leyendo una novela.

viernes, 6 de octubre de 2017

Lluvia

Está lloviendo en Buenos Aires.
Paraguas y gruñidos.
                            Techitos y sonrisas.

Botas de lluvia y charquitos.
                             Zapatillas y barro.

Calmado escuchando música clásica.
                             Corriendo al compás de Bon Jovi.

Tres calles.
                   Dos calles.
                                      Una calle.
                                                        Pum

Encuentro.

Está lloviendo en Buenos Aires pero
para mí ya salió el sol.

jueves, 5 de octubre de 2017

El intrigante secreto de la muchacha y su tatuaje

Todos escondemos un secreto. (O eso decía mamá). Un algo que no queremos decir. Y ella no es la excepción.
Estaba en su mente todo el tiempo. Amaba a aquella semilla que deseaba ocultar: sabía que aquel fruto futuro no sería querido en el Edén. Pero deseaba cuidar ese árbol aunque no creciera en tierra prohibida y fértil.
Deseaba mantener aquello en secreto. La escuché decírselo a su tía. Le pedía ayuda y compañía en la tierra infértil. Ella la ayudó a regar aquel árbol como también aquel otro jardinero preocupado por el florecimiento de tal belleza. Lo observaron crecer por dos meses, cuando de repente, sentí cómo mis raíces se marchitaban. No pude respirar más. No la pude oir más... ni siquiera la sentía. Todo se había apagado y lo único que escuché fue el llanto a distancia de una bella pero marchita flor que no volvería a ser la misma después de aquel tatuaje.

miércoles, 4 de octubre de 2017

La verdad, no...

La verdad, no.
Dejame, te explico el por qué de esto. El por qué de hacer lo prometido cuando no tenemos a nadie corriéndonos si no cumplimos. El por qué nos quedamos con suficiente cuando esto muchas veces no es ni un tercio de lo que necesitamos. El por qué creer en un gran final cuando muchas veces esto no hace más que dormirnos y prohibirnos vivir el momento. El por qué creemos en una realidad que nos condiciona a vivir así nomás, pendientes de todo y a la vez atentos a nada. El por qué de las peleas sin razón porque no importa si son ingleses o no, si están felices o no. No importa si son como vos o no, si tienen metas y aspiraciones o no. Las peleas no tienen sentido. Y cuando ya pasan a un plano secundario y dejan de importar, te das cuenta de que de todo es o ya nada quedó.

martes, 3 de octubre de 2017

Discutimos anoche

Discutimos anoche.
Entre lágrimas pedí perdón.
No debí haber hecho tal cosa.
Adrián no se lo merecía.
Ante esta situación sucedió esto.

Tengo su cuerpo. Oí música melancólica todo el día de hoy. Ya me puse a desarmar las cajas repletas de fotos sabiendo que no hay vuelta atrás. Sabiendo que todo acabó.

No puedo parar de sentirme y actuar como él. Lo que me encantaría volver atrás las cosas. Seguramente él se debe sentir peor porque dejé la remera de Marcos en la pieza con un peluche que me había regalado. Ojalá esté bien...

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Discutimos anoche.
Entre lágrimas dije que me dolió.
Obviamente no debió haber hecho tal cosa.
Ante esta situación no sabía cómo actuar.
Recuerdo cuando estaba todo bien y de la nada esto sucedió.

Estoy en su pieza, con su cuerpo. Oso de peluche en su escritorio. Otra remera en su cuarto. Otro corazón roto para su colección. No puedo parar de actuar como ella, hablo con ese tal Marcos, lo veo en el trabajo, lo tengo que besar.

Todo esto es una tortura pero se que todo será mejor mañana...

lunes, 2 de octubre de 2017

El intrigante secreto de mi bebé y su tatuaje

Parí el 3 de abril en un hospital de La Matanza.
Mi bebé nació sano, pesando lo necesario.
Era otoño.
El bebé no lloraba.
Era calmado.
El bebé me miraba con sus grandes ojos marrones.
El bebé lo sabía.
Le puse música al bebé.
Miraba el techo.
Me acosté y lo sentí.
El bebé también.
El bebé lloraba.
¿Sentía el mismo dolor que yo?
Espero que no.
Las hojas caían.
El bebé se calmaba.
Vi cómo un pequeño tatuaje se le empezaba a formar en el antebrazo.
El mismo tatuaje que había desaparecido de mi piel.
Morí el 3 de abril en un hospital de La Matanza.
Y aunque este mundo lo dejé sin pena ni gloria, sé que mi legado va a continuar.
De generación en generación.
Y así cumplir su prueba final.
Sobrevivir.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Do not open

Ahí estaba ella.
Ella era un desastre...
Podía provocar un terremoto donde vaya.
Cualquier cosa puede desatar su carácter.
Porque era así, todo provocaba un huracán.
Ella vivía con los recuerdos latentes en su cabeza.
Y eso la consumía.
Y eso la destrozaba,
lentamente.
Pero así era ella,
un desastre original
sin principio ni final.
Era creativa.
Y solo escribía.
Y escribía.
También se pintaba
a sí misma,
de a ratos.
Cambiaba los colores
a cada rato.
Porque ninguno le convencía.
Colores fuertes. Colores claros.
Era cambiante (como habrán notado).
Sí. No. Sí. No. No sé...
Nunca estaba segura de sí misma.
Porque tenía una pésima autoestima.
Si una persona se dice a sí misma
desastre, no hay mucho que explicar.
Para olvidarse de eso,
se envolvía en historias que otros cuentan
pero nada podía decir de las que cuenta ella.
Vivía con fantasmas dle pasado.
Caminaba por ahí con ellos al lado.
Por un momento
quiso hundirse en el mar,
pero logró salir a nadar.
Sus alas estaban rotas.
Pero tú no lo supiste notar.
Porque ella era fuerte.
Y tenía ese pie que pisaba fuerte.
No se rendía. Dios, ella no se rendía.
Y con la música ella iba y venía.
Ella era imparable. Un desastre imparable.
Era yo.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Renovarse

Renovarse es necesario
más cuando lo hacés improvisado.
Liberarse es imprescindible
más cuando tu mente te lo pide.
Dejar atrás lo tóxico es genial
porque al fin y al cabo sentís que volás.
Cuando la incomodidad afecta tu forma de ser
entendés que es necesario cambiar de una vez.
Y cuando te das cuenta de que el pasado ya fue
es cuando comenzás a armar tu futuro a fe.
Siempre pensando que
si no hubiera sido necesario
esto nunca habría pasado.

martes, 26 de septiembre de 2017

Poema de las 2 a.m.

Y nos quedamos así
abrazados
hasta que tu mundo
y mi mundo
se fusionaron
creando un
nuevo mundo
donde nosotros
éramos el
centro
lo éramos
todo.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

El "amor"

La serpiente avanza lentamente, sin embargo, nunca llega, lejos, lejos, siempre lejos, aunque no te muevas nunca llega.
Las ideas invaden tu mente una tras otra; nunca buenas, todas inútiles, llenan tu cabeza para nada, peleando por ponerse una delante de la otra, como si hubiera un foco que las iluminara.
Tratás de pararlas, es más difícil de lo que parece.
Construís una barrera.
Silencio y una eterna oscuridad es todo lo que queda.
La nada, un vacío sin fin.
Un siseo resuena en tu oído; no sabés cuándo; pero la serpiente sube a tu mente, traspasa el muro sin esfuerzo alguno.
Comienza a infectar todos los rincones sin llegar a un final.
No escapás o te resistís, dejás que tu cabeza se siga corrompiendo.
La serpiente se vuelve cada vez más parte de vos.
No sabés dónde terminás vos y dónde comienza ella.
Ambos sienten cierta exaltación ante esto.
Un cambio. Algo nuevo.
"Mamá me lo advirtió", recordás todas las veces que la ignoraste.
Ya no te daba igual, es un cambio que exige ser reconocido.
Nadie te advirtió lo suficiente.
Nadie te informó el cómo te afectaría.
Fue como un huracán para el que no estabas preparado.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Chica de oro

Este es un día.
Esto se siente como un sueño. Uno malo, tipo pesadilla.
No es fatal, pero se siente feo. Es como que por cada acción nuestra, hay una palabra menos en su boca. Como si se alejara cada vez más, borrosa a mi vista, deslumbrante ante los demás. No se si entienden. Es difícil de explicar. Bah, es difícil sin llorar, sin sufrir, sin sentir algo.
Se la ve desde la acera contraria riendo, disfrutando. Se ve que nuestra presencia no le es útil.

Este es otro día.
Su cara es azul. Azul tristeza, de manera metafórica. No es feliz, se le nota. Por más que intente y piense que tiene encantado al curso, no es así.
Sólo proyecta lo que quiere, y no quién es.
Sólo proyecta lo que otros prefieren ver, no lo que ella ama ser. Tal vez, remotamente tal vez,algún día el cielo azul la reconozca. Tal vez la sienta, tal vez vea que sí, es ella.
Cambiada. Rota. Azul, pero ella. La luz como mil antorchas iluminará su cara, y la verá a través de esa máscara social.
Esa máscara asquerosa, que solo a aquellos carentes de sentimientos y realidad, que sólo a aquellos hipócritas podrá engañar.
Pero no a nosotros. Inapelablemente, así será. Otros se comerán el cuento, y, con el tiempo, la comerán a ella.
Hasta que no quede nada auténtico,
hasta que lo único que le quedará será su máscara, sus tristes, casi acalladas lágrimas, y el vaso de una joda de ayer.

viernes, 25 de agosto de 2017

Crisis

Podría estar en crisis pronto. Una gran crisis. Una que nadie quiere ver.
Horacio y Gaspar incluso en cualquier momento saldrían disparados por las ventanas si no alcanzaran ya su prenda, o al menos, encontraran los materiales necesarios.
Cachorritos.
Ella querrá cachorritos.
Perfectos, blancos con pequeñas manchitas. ¡Ay! Serán tan finos, se verían excelente en su piel de porcelana, y tambien en su armario lleno de prendas de marca.
Por eso, sí. Necesitarán cachorritos. Su pelaje será más suave, más top.
Ella estará feliz.
Sacará su pitillo de metal dorado y fumará feliz.
Acomodará sus blancos mechones detrás de su oreja, y sonreirá con placer.
Después de todo, tendrá su capucha de piel de cachorro.

jueves, 24 de agosto de 2017

Otro final

Y finalmente, el magma del centro de la Tierra ascenderá;
explotarán los volcanes,
se calcinarán las selvas,
arderán los océanos,
se esfumarán los animales en una nube de cenizas.

El gato negro del baldío ya no maullará rogando por atención y comida,
porque solo será un recuerdo.

Las ciudades serán tristes esqueletos
de los pocos edificios que quedarán en pie.

Y en medio de la catástrofe, las lágrimas de una joven no caerán
por su muerte.
Ni llorará por el final de la vida
del planeta.

Mientras el mundo se incinere con el fuego de sus entrañas,
Sinala llorará por todos aquellos libros que no habrá podido leer.