solo queda cargar con esta cruz
de no verte nunca más
porque por más que quiera
no soy capaz.
Cinco horas fueron
cinco horas te esperé.
Me dejaste en esa esquina parada
entre la espada y la pared.
Cuándo te vi con ella
me acordé de lo que fuimos
vi cómo la mirabas
y cómo repetías cada gesto que hacías conmigo.
Saber que esto era real
y no sólo un sueño me destruyó
me duele saber que no puedo ser amada
sin siquiera dudar de si hay otra, con la que me tengas igualada.
Ninguno más dijo nada
es medio mi culpa
por creer que molestaba
sin embargo siempre me hiciste sentir así
y ahora no queda más remedio que el resentir.
Entonces qué hago decime
nunca me acostumbraste a no tenerte al lado
a no escucharte
a no sentirte
a no tocarte.
Pero nunca voy a desistir
siempre pude contra mí
y mi voluntad
por que ahora no haría de hacer lo mismo
si soy solo una chica
esperando en esta esquina
dónde solo se suspira olvido.
Y así fue como te olvidé
no bastó desilusión más grande
que la de no apreciarme
para que me hagan falta tener razones para no tenerte más
me dolés
tu recuerdo me duele y me arde
tu recuerdo me late sutilmente como un latido,
me sopla tan sutil como un suspiro, y me remuerde tan fuerte no volver a verte
en tu recuerdo, o recostada en tu regazo
donde todo dolía menos.
Quedarán de ti y de mí
o mejor dicho de nosotros
algo de lo que nunca podré olvidar
no sé todavía muy bien qué es
pero creo que ya pasó como un año
y no entiendo por qué me doy el lujo
de no poder entender
qué pasó, por qué no me elegiste a mí
te escribo desde esta esquina
esperándote
por si algún día me recuerdas
por si algún día, algo te causé.